sábado, 18 de julio de 2015

Una idea genial: Redes de Consumo

Editorial


Los avances tecnológicos que han convertido al planeta Tierra en una aldea, acortando las distancias y acelerando el flujo de información, sirven también para crear un nuevo tipo de economía, distinta a la tradicional que estamos acostumbrados y prueba de ello es el surgimiento de empresas como Facebook, Google, Netflix, Amazon y muchas otras, que han sabido capitalizar el poder de las TIC´s.

De la misma manera, las empresas tradicionales se han ajustado a todos esos cambios informáticos, haciéndose más eficientes en sus operaciones y extendiendo el alcance de sus dominios conquistando nuevos mercados con sus redes de negocios.

En este contexto, hay que insertar a la industria del mercadeo en redes o multinivel que se corresponde con la tendencia descrita por Alvin Toffler en los 80’s como la generación de los “prosumidores” (productores que a la vez son consumidores), donde los consumidores se vuelven realmente socios de la empresa fabricante, dando origen a una nueva forma de hacer negocios.

Se trata de un modelo empresarial cuyos orígenes se remontan a la década de los 50’s, cuando un par de visionarios (Jay Van Andel y Rich De Vos) construyeron una organización de ventas directas para posteriormente dar cuerpo a lo que hoy se ha denominado como “capitalismo solidario” y que tiene que ver con la justa distribución de las ganancias que se generan al comercializar productos y servicios.

Se trata de una idea simple pero sumamente poderosa, simplemente genial, ya que a través de este sistema de mercadeo el consumidor tiene la oportunidad de convertirse en un empresario de la nueva economía, sin los riesgos de las empresas tradicionales, sin las inversiones monumentales reservadas para unos cuantos, con lo cual la riqueza en cierta manera se democratiza, pues pasa a ser patrimonio del consumidor que aprende a ser empresario a través de un sistema de asesoría personalizada, que es a su vez un semillero de líderes, donde destacan siempre los más decididos, los más creativos y los mejor auto-motivados.

Siendo como es un esquema no-tradicional, esta forma de generar negocios tiene una gran cantidad de detractores y en el ambiente circulan falsas ideas o apreciaciones erróneas de lo que es el mercadeo en red o multinivel. Por ejemplo, mucha gente cree equivocadamente que es una especie de secta, sólo porque en el multinivel se potencializa el viejo adagio “las palabras convencen, el ejemplo arrastra”, a través de las conferencias educativas impartidas por los líderes que han logrado resultados dignos de ser imitados.

Otros más piensan falsamente que se trata de un esquema piramidal, donde sólo ganan los que están hasta arriba, (como sí pasa en el esquema de la empresa tradicional de la era industrial, donde los que se enriquecen son sólo los dueños y administradores que están hasta arriba en el escalafón tradicional); por el contrario, la estructura funcional de las redes de consumo son sumamente planas, donde cada distribuidor es un empresario en ciernes y su propio patrón, sin un jefe que lo mangonee o se quede con la tajada del león.

En realidad, la red de consumo tiene todo el perfil de la empresa inteligente de la era del conocimiento, incluyendo una auténtica propiedad de los medios de producción y aún mejor, la propiedad de las utilidades que se generan por la comercialización de los productos o servicios.
En fin, el tema da para muchas líneas más de reflexión. Por esta ocasión aquí la dejamos y los invitamos a leer con atención esta edición y nos vemos, con el favor de Dios, en la que sigue.

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